16.4.03

Penitencia electoral.

Tradición y cambio social no casan bien. Los poderosos fomentan la tradición. Es un buen tónico contra las revoluciones sociales. Una fiesta que se repite desde hace mucho tiempo forma parte de la tradición. Se practica como recitando la tabla de multiplicar.

En Semana Santa, Carmona sale a la calle a ver sus pasos. Cristianos, agnósticos y ateos; señores o vasallos; todos nos acercamos a las procesiones dispuestos a experimentar las emociones que nos brinda la nostalgia de la costumbre. ¿Cómo podemos explicar la aceptación popular de la Semana Santa en momentos de profunda secularización? Sencillamente, Carmona, como Andalucía, es tradicionalista.

Nuestra cultura de la tradición inunda todos los ámbitos de la vida carmonense. Los partidos locales de izquierdas son tradicionalistas. La candidatura de Balboa muestra como, además del clientelismo caciquil, en Carmona sigue intacto el respeto indebido a la tradición impuesto desde los Reyes Católicos por las elites poderosas. Por ello, el PSOE en Carmona entiende por RENOVAR “hacer como de nuevo una cosa o volverla a su primer estado” en lugar de su acepción “dar nueva energía a algo, transformarlo”. Los militantes socialistas de Carmona, como fieles de una cofradía de pasión, se imponen una penitencia pública que se concretará en la autoflagelación electoral del próximo 25 de mayo.

(Mi respeto y admiración por todas las hermandades carmonenses que buscan fomentar una vida más perfecta, promover el culto público o la doctrina cristiana, o realizar otras actividades de apostolado, a saber, iniciativas para la evangelización, el ejercicio de obras de piedad o de caridad).

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