¿Tu vida es un espectáculo?

Siempre he sido respetuoso con la vida privada de los demás, incluída la que hay detrás de Serrano. Quien quiera airear su existencia particular, que lo haga. Quien considere que su esfera doméstica tiene algún interés general, que ponga una pancarta en su balcón -al lado de la que exige a la Junta un nuevo instituto- contando al transeunte tal o cual hecho acaecido en su vida unipersonal. O que, megáfono en mano, cuente sus "hazañas" a los residentes, de calle en calle, emulando al tapicero ambulante que anuncia su buen hacer.O, y esto parece la práctica más utilizada actualmente, que se registre en Facebook y cuelgue las fotos de "su domingo en Aracena", sin olvidar esa instantánea que recoge fielmente la cara de miedo que tenía su cuñada cuando entraba en la gruta.

Sin embargo, nadie es quien para tratar en plazas públicas lo particular y personal de alguien. Nadie.


"Tu vida es un espectáculo", artículo de Francesc-Marc Álvaro en la Vanguardia