El mequetrefe

Mi vida empieza a ser tan triste que hasta llego a ser, por momentos, uno de esos millones de espectadores que engrosan las listas de los programas basura. Anoche aterricé en "Salvemos Eurovisión". Estuve al borde del precipicio.

No sé de quién o quiénes hay que salvar el concurso musical, tal vez de los países que fueran del "Telón de Acero" que vienen ganando desde hace años, pero lo que está rematadamente claro es que un programa tan cutre como éste no tiene capacidad ni para salvar su propia integridad cultural.

¡Ala! Allá que se me fue a tomar por c... el recuerdo agradable que siempre he mantenido de Rafaella Carrá. Malos tiempos para tener a una mujer en el armario, amiga Rafaella.

¿Y que me dices de la voz en off por excelencia de los festivales? Mejor que hubiera hablado desde el hueco que dejó la mujer de Rafaella en el armario.

Mitos tirados por el suelo, ambiente cutre... ¿y las canciones? Si en 2004 la primera medida que tomó Zapatero fue retirar las tropas españolas de Irak, en esta nueva legislatura debe considerar la posibilidad de hacer lo propio con Rodolfo Chikilicuatre de Eurovisión. ¿Estamos tontos? No sufrimos bastante humillación en Europa con Remedios Amaya y su barca o con Masiel, que si, que ganó, pero a cambio de exportar una imagen de española que ya me diréis.

Ahora en serio, debemos reflexionar sobre lo ocurrido en internet con "Salvar Eurovisión". Las propuestas de participación democráticas en internet deben tener unas normas predeterminadas porque puede ocurrirnos como a TVE que, con toda su buena fe, propuso la elección democrática de canciones presentadas libremente al concurso, y una corriente "friki", a la que se sumó el programa de Buenafuente, con la canción finalmente ganadora, les han tomado el pelo contaminando la primitiva intención de los organizadores.