En Semana Santa, Carmona sale a la calle a ver sus pasos. Cristianos, agnósticos y ateos; señores o vasallos; todos nos acercamos a las procesiones dispuestos a experimentar las emociones que nos brinda la nostalgia de la costumbre. Sin reflexionar qué hay detrás de las hermandades, en el pasado y en el presente.
¿Cómo podemos explicar la aceptación popular de la Semana Santa en momentos de profunda secularización y cuando la izquierda -presuntamente laica- recuperó su estima gracias a la democracia?
(Amiga llluvia, ¡qué atea eres!)
AL PAN, PAN
Hace 6 días
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