Coches de carrera

Esta mañana me decían en el kiosco de prensa que un chaval de El Viso se había empotrado contra una pared, el domingo por la mañana, después de estar dando vueltas a una rotonda con su flamante BMW de gran cilindrada a toda pastilla para impresionar a unas amistades que lo contemplaban. El desenlace del accidente produjo la muerte del joven conductor.
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El tema me interesó. Cualquier día pasa una cosa así en Carmona. Y resulta que ya había pasado no hace mucho algo parecido, en la rotonda de la carretera de Brenes, o más concretamente en la calle Cervantes, en la que otro joven con otro coche de gran cilindrada se empotró a gran velocidad en el muro que hay cubriendo la zona de recreo situada justo al final de la citada calle, al lado de la rotonda. No hubo muertos, sólo lesiones varias de sus ocupantes, cuatro.

El suceso de El Viso resultó haber acontecido en Mairena del Alcor, por lo demás, y quitando que no fue en una rotonda sino en una recta en la travesía de la calle Cervantes (por la que todos atravesamos Mairena) y que el muchacho (afortunadamente para él y sus familiares) no sufrió lesión grave alguna, ocurrió como se me contó: la chulería de un pamplina de veintipocos años con mucho alcohol en la sangre y con un coche de una potencia desproporcionada a su edad, su experiencia con el carné, sus escasos dedos de frente y a la circulación fuera de un circuito de carreras.

Queridas autoridades políticas de Carmona: transitar las tardes-noches del fin de semana por nuestras calles es un peligro. Coches a toda velocidad que ponen en riesgo las vidas de los transeuntes y de los ocupantes de otros vehículos. ¿Qué hacemos?