Cambiar para que todo siga igual

Pasado el ecuador de la legislatura, los partidos empiezan a prepararse para el combate electoral.
Los socialistas dieron primero con la elección de un nuevo (?) secretario general el pasado verano. La semana pasada hacia lo propio el PP eligiendo a su nuevo presidente.
Son los que están mal los que han de cambiar, o aparentar que han cambiado. Los que están bien, que en Carmona es IU, cambian lo justito, es decir, siguiendo la línea dé los últimos años, renovamos a todos menos Martín Recio, su yerno, Carmen López y Pepi López (de profesión, ésta última, concejala).
Serrano no está contento con ninguno de los dos cambios. El PSOE escenificó una transformación inexistente. Manda quien lo ha hecho siempre, y el joven secretario empezando a rastras no llegará a dar la talla de líder carismático que necesita el socialismo local.
Y el PP ha querido vendernos igualmente un avance en su propuesta con la elección de un presidente joven que da la imagen de no haber roto nunca un plato, al menos en el ámbito político.
En fin, que tenenemos a dos títeres haciendo que dirigen un nuevo proyecto desde unas organizaciones renovadas, cuando lo que hacen es dar la cara mientras otros "mangonean" a su antojo desde la sombra.
¿Qué tiene esto de malo? Que seguiremos con el patriarcado de Martín Recio mucho más tiempo sin que nadie le llegue siquiera a toser. Y, amigo/a lector/a, la dictadura comunista nos está llevando a un afianzamiento de Carmona como ciudad de mucha pompa de fotos y libros y poca chicha de trabajo y convivencia en el día a día de la clase baja, coño, que la mayoría somos de clase baja, y ya es hora que empecemos a reconocerlo.