17.11.04

Maese Rodrigo

Olavide University celebrará un ciclo de conferencias dedicadas a Maese Rodrigo. Estudié, como muchos carmonenses, en él. Y por su calle he pasado cientos de veces en busca de algún libro de los que suelo empezar y no acabar. Y nunca, nunca, tuve la curiosidad de detenerme a pensar quién sería ese maese. Ha tenido que llegar la Universidad de Pablo de Olavide (que tampoco sé quien fue) para que me pique el piojo (que no gusano) de la curiosidad.

Caramba. Rodrigo Fernández de Santaella y Córdoba, popularmente conocido como Maese Rodrigo, fue el fundador de la Universidad de Sevilla. Y resulta que es paisano. Nació en Carmona el 15 de diciembre de 1444. Creció en una familia pobre y numerosa. Pero a pesar de su origen pudo dedicarse a los estudios, siendo doctor en Teología y experto en materia jurídica. En 1475 se trasladó a Roma al servicio del cardenal Jacobo. Allí conoció a otros humanistas y alcanzó numerosos beneficios, títulos y privilegios del papa Sixto IV. Maese Rodrigo se convierte en uno de los principales representantes de la oratoria sagrada del Renacimiento español. La fama obtenida llegó a oídos de los Reyes Católicos que lo nombraron primer visitador del reino de Sicilia. Más tarde, en Sevilla, funda un colegio para estudiantes pobres.

Y yo tantos años ninguneándole. Creo que tenía esta deuda pendiente con el pobre Rodrigo. Pobre de origen, que después, sobreponiéndose a la rigidez de la sociedad feudal y estamental de la época, logró ascender en la escala social gracias al clero y siendo un simple seglar, muy listo, pero seglar, del pueblo llano. Qué buena conferencia se me ocurre: “Maese Rodrigo o cómo subir haciéndole la pelota a la Inquisición”, por García Serrano.

Con este ilustre de la nomenclatura local he caído en la cuenta de que vivo rodeado de un incesante homenaje póstumo, desconocido para mí, que puebla el callejero carmonense: Juan Tamariz, Sancho Ibáñez, Antonio Quintanilla, Bernardo Enrique Cerezo, Domínguez de la Haza, Juan de Ortega, Joaquín Costa, Juan Carrera, Juan Chico, José Ramón Oya…No sé quiénes fueron. Pero aseguro, conociendo la naturaleza igualitaria de los poderosos, que son quienes ponen nombre a las calles, que fueron todos ellos humildes personajes que nunca sobresaltaron del resto de la población y que vivieron humildemente de su modesto trabajo concienciados de cumplir su tarea con honestidad porque sus familias tenían que comer.

Alcalde, ya que el enlace de mi web http://www.garcia-serrano.es.vg/ a la web municipal no ha podido ser, ¿para cuándo una calle con el nombre de García Serrano?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Serrano ya no le das caña al PSOE.