18.3.04

La revolución electoral

El domingo, el pueblo español decidió poner punto y seguido a la andadura de la derecha española en el poder político (los demás poderes fácticos le son inherentes por naturaleza y no hay quien se los arrebate). Después de años de continuas mentiras (en la boca de ministros y políticos populares (de PP, no de pueblo) de todo pelaje y jerarquía; en la boca de los periodistas del Régimen, como Jiménez los Santos que desde la radio celestial descargaba su escopeta cada mañana contra todo bicho viviente socialista que se le cruzase), manipulaciones (por ejemplo, usando electoralmente los asesinados por ETA) y propagandas (personalizadas en el “periodista” Urdaci). Después de años de corrupciones, de esas corrupciones normalizadas en la derecha que no tienen por qué sobresaltar a los parias: los ricos se lo llevan calentito, pero, a su vez, más riqueza generan para los descamisados (Gescartera, el lino, Presidente de la Diputación de Castellón, El director de la zona franca de Cádiz, Romero de Tejada…). Después de años de chulerías, prepotencias y malos modos del señorito del bigote y sus subordinados allegados (adláteres). Después de lujos indecentes (la boda de la hija del Presidente en el Escorial, cerquita del Valle de los Caídos). Después de años de fundamentalismo religioso y político con el que la Iglesia (esa sagrada institución que respalda a los violadores de menores que acoge en su seno) volvía a ser el referente principal de la España Imperial, la “una, libre y grande” y todo aquel que creyera en las autonomías era un antipatriota. Después de miles de muertos inocentes en Iraq, y de sumisión a Bush. Después de chapapote en el Atlántico. Después de precariedad laboral, de falta de vivienda con precios asequibles. Después de miles de enchufes en las antiguas empresas públicas ahora privatizadas. Después de todo todavía hay más de nueve millones de españoles que confían en esta gente. Menos mal que 11 millones le hicimos un buen corte de mangas.

Mi enhorabuena a todos los buenos socialistas que hay en Carmona. Y al pueblo en general que ha sabido decir “basta ya” a un gobierno que desde un primer momento le dio la espalda al Pueblo Soberano.
Mi sincera enhorabuena a Maribel Montaño por su escaño de parlamentaria. (Lo cortés no quita lo valiente). ZP.

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