14.6.08

Y todo es vanidad.

Gracias a mi conducta vagamente antisocial
temo no verme nunca encaramado a un pedestal:
no alegrará mi efigie el censo de monumentos,
no vendrán las palomas a rociarme de excrementos.

Y es una pena, la verdad,
porque sería muy bonito
seguir de adorno en mi ciudad
sobre un bloque de granito.
Pues qué penita y qué dolor,
no tendré estatua, no señor.

Gracias a mi postura más bien anticlerical
no será un siglo de éstos cuando entre al Santoral:
no acudirán beatas a pedirme un milagrillo
no vendrán los ladrones a vaciarme mi cepillo.

Y es una pena, la verdad,
porque tenía cierta gana
de echarle un ojo a la deidad
mientras me doran la peana.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré culto no señor.

(...) Gracias a mi tozuda decisión existencial
no cabe entre mis planes dar ningún salto mortal:
no gozará la honras funerales mi alma en pena,
no vendrán los gusanos a tirar de la cadena.

Y es una pena, la verdad,
porque sería algo divino
ver cómo todo es vanidad,
y yo en decúbito supino.
Pues qué penita y qué dolor
no tendré esquela, no señor.


(Javier Krahe y Joaquín Sabina)

1 comentario:

laportademanolomartinez dijo...

Como sabes rebuscar y elegir buenos alimentos para el alma,para la razón o para el ego. ¿ No es todo lo mismo, Serranito...?