19.11.07

El obispo Blázquez pide perdón para la Iglesia por la Guerra Civil

"Debemos pedir perdón y reorientarnos, ya que la purificación de la memoria implica tanto el reconocimiento de las limitaciones y de los pecados como el cambio de actitud y el propósito de la enmienda".De poco valen estas palabras del obispo leídas en la prensa. Las actitudes de la Iglesia es otra. Siguen recordando a la Iglesia de siempre, a aquella que un año después del comienzo de la guerra civil explicaba su posición junto a los rebeldes militares:

"Que la Iglesia, a pesar de su espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado en ella, no podía ser indiferente en la lucha...
Hoy por hoy, no hay en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan, que el triunfo del movimiento nacional.

Demos ahora un esbozo del carácter del movimiento llamado "nacional". Creemos justa esta denominación. Primero, por su espíritu; porque la nación española estaba disociada, en su inmensa mayoría, de una situación estatal que no supo encarnar sus profundas necesidades y aspiraciones; y el movimiento fue aceptado como una esperanza en toda la nación; las regiones no liberadas sólo esperan romper la coraza de las fuerzas comunistas que le oprimen.

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