Industria Cultural.

No me digas que no te has enterao de que vino Amparito. Y que sufrió un desvanecimiento. Normal, los nervios de la vuelta a Carmona, esa ciudad que nunca dejó de estar en su corazón. Aunque me han dicho que igual ni se acordaba del pueblo. ¿No te preguntas para que vino Amparito? Qué poco curioso eres. La Ribelles ha sido la homenajeada este año en el festival de cine carmonense. Ya, ya sé que me vas a decir que aquí se homenajea a cualquiera sin que haya hecho nada por nuestra ciudad. Tienes toda la razón. Me veo a Martín Recio dándole un homenaje a la oposición socialista.

Hablando del PSOE, ya hay nuevo Papa. El portavoz municipal se ha hecho con las riendas del partido. Habrá que darle tiempo. La tarjeta de presentación que le hizo Paco Eslava es inmejorable.

Perom, mientras el actual alcalde se dedique a revelar la realidad que él quiera a través de toda la información con la que inunda Carmona, aquí no hay más cera que la que arde.

Qué pena de publicidad tirada por las casas. Festival de Cine, Festival de Cine. Que yo me entere. La razón de ser del Festival no es otra que promocionar nuestro turismo. ¿Con la publicidad del Festival en las casas de los carmonenses qué buscan, extras que rellenen las butacas?

Carmona se ha convertido en un producto a vender. Un objeto de mercadotecnia. El proyecto estético de nuestra ciudad está supeditado al, en teoría, proyecto económico. (Yo creo que tras el proyecto económico no hay más que un proyecto egocéntrico de Martín Recio). Carmona se está convirtiendo en una pequeña sede de la industria cultural. Carmen Calvo, siendo consejera de Cultura, actualmente es ministra del ramo, ya advirtió en una visita a Carmona que la cultura no debía ser tratada como un simple objeto de mercantilismo neoliberal sin más. ¿Creo que nadie la escuchó? Y ahora,digo, es ministra.