La foto que acompaña este post fue tomada en la manifestación del pasado mes de febrero, "convocada por el AMPA del Colegio de Ntra. Señora de Lourdes de las Hermanas de la Cruz en apoyo a esta institución".
Quiero subrayar la contradicción existente entre el discurso "apolítico" en general de las Hermandades y la defensa a ultranza de todo lo que huela a Iglesia Católica. Es más, quiero subrayar que en determinadas ocasiones una Hermandad de penitencia va muy lejos con sus actuciones políticas y la ciudadanía parece no comprender la distancia de este recorrido.
En este caso concreto, ¿se apoya una institución religiosa por ser religiosa o porque realmente desde la Hermandad se ha creado un debate previo en el que hayan participado cuantos hermanos quisieran sobre la convenencia de la continuidad en nuestra ciudad de un colegio sotenido con fondos públicos en el que perdure la educación sexista por excelencia como es aquella en la que sólo se imparta clases a niñas?
No es difícil entrelazar una educación plenamente femenina con el mantenimiento de la desigualdad social entre géneros. El que desde los años ochenta las escuelas sostenidas con fondos públicos tengan que ser mixtas no es un capricho político. Y no decimos con ello que la escuela mixta sea la definitiva solución a la desigualdad social de sexos. En muchas escuelas mixtas se han mantenido patrones de conducta basados en el machismo. Pero en otras muchas aulas, gracias a esta iniciatica, se ha llegado a la verdadera coeducación.
Entonces, ¿hay en la decisión de apoyo a esta institución religiosa por parte de la Hermandad del Domingo de Ramos un consentimiento latente al patriarcado?
Sinceramente, creo que no. Sería una contradición que las mismas hermanas que han luchado por una plena igualdad de sexos en su Hermandad exijan que persista la educación sexista.
Entiendo la postura como lo que denominaba "una
defensa a ultranza de todo lo que huela a Iglesia Católica". Y todos los hermanos y hermandas de cada una de las Hermandades de Carmona deberían ser conscientes de que determinadas actuaciones de su Hermandad pueden situarles en una trinchera que no es la suya.
Tal vez, la costumbre, tan necesaria para la continuidad, por ejemplo, de la Semana Santa, tenga que ser analizada y, si es necesario, sobrepasada cuando llegamos a comprender que se convierte en nociva.
(Foto de la web de la Hermandad de la Esperanza)